
El gobierno de Estados Unidos anunció la suspensión indefinida de visas laborales para conductores de camiones comerciales extranjeros, una medida que golpeará de lleno a las exportaciones mexicanas hacia ese país. El secretario de Estado, Marco Rubio, justificó la decisión como un esfuerzo para reforzar la seguridad vial y proteger el empleo de transportistas locales. El anuncio generó de inmediato preocupación en los sectores logísticos y exportadores de México, altamente dependientes del transporte terrestre binacional.
Rubio argumentó que el creciente número de choferes extranjeros en las carreteras estadounidenses “representa un riesgo para la vida de los ciudadanos y una amenaza directa al sustento de los camioneros locales”. La medida llega días después de un accidente en Florida protagonizado por un conductor indio en situación irregular, que derivó en un choque múltiple con saldo de tres muertos. El hecho reforzó la narrativa oficial en favor de mayores controles migratorios en el sector.
México será el país más afectado, al aportar la mayor cantidad de choferes con visas de trabajo, esenciales para el comercio bilateral. Sin embargo, la decisión contradice la realidad de la industria: Estados Unidos enfrenta un déficit creciente de operadores de camiones, que pasó de 64 mil en 2023 a 67 mil en 2024 y podría alcanzar los 82 mil en 2025, según la Asociación Americana de Camiones. Especialistas advierten que la suspensión podría agravar la crisis logística, elevar costos de importación y afectar directamente a consumidores y cadenas de suministro en toda la región.