Ciudad Juárez.– Lo que comenzó como un viaje de plataforma digital terminó en un secuestro de alto impacto que mantuvo en vilo a una familia juarense durante tres días.
La víctima, un joven de 21 años identificado con las iniciales J.J.A.S., fue privado de la libertad el pasado 19 de agosto y, tras sufrir mutilaciones y amenazas de muerte, logró ser rescatado gracias a una denuncia anónima y a la intervención de la Fiscalía Especializada en Operaciones Estratégicas (FEOE).
El caso salió a la luz pública durante la audiencia de formulación de imputación contra Erick Ernesto L. Z., Erick Francisco R. Z. y Luz Sarahí H. M., detenidos la semana pasada y acusados formalmente por el delito de secuestro agravado.
De acuerdo con las declaraciones de la víctima, el martes 19 de agosto salió del taller de su padre para atender un viaje como chofer de aplicación. A las 7:35 de la tarde llegó al punto de recogida en el Libramiento, y apenas seis minutos después ya trasladaba a tres pasajeros hacia el suroriente de la ciudad.
Al llegar a la zona de la avenida Acacias, un sector colindante con el desierto juarense, fue interceptado por un grupo de hombres armados. Lo obligaron a descender de su vehículo, lo encapucharon con su propia camisa y lo subieron a una camioneta Chrysler Town & Country dorada.
El joven fue trasladado a una vivienda ubicada en la colonia Colinas del Norte, específicamente en la casa marcada con el número 336 de la calle Cactus del Desierto. Ahí lo despojaron de sus pertenencias y lo dejaron únicamente en ropa interior, amarrado de pies y manos, bajo vigilancia permanente.
Los secuestradores exigieron inicialmente dos millones de pesos a cambio de su liberación. En las primeras horas de cautiverio lo golpearon, lo grabaron en video y enviaron las imágenes a sus familiares, acompañadas de amenazas de mutilación y muerte.
Las negociaciones, encabezadas por una especialista de la FEOE, lograron que la exigencia bajara a 200 mil pesos. Sin embargo, la familia no contaba con esos recursos y apenas pudo depositar 32 mil pesos en cuentas de Bancoppel, sin que ello detuviera la violencia.
El 20 de agosto, para presionar aún más, los captores le cortaron el dedo meñique de un pie con un arma blanca y grabaron el momento, enviando el video a sus familiares. Al día siguiente, intentaron mutilarle una oreja con una navaja sin filo, lo que le dejó una cicatriz permanente.
Entre las amenazas, los delincuentes advertían que podrían “entregarlo en pedacitos”, aventar su cuerpo desmembrado al periférico Camino Real o decapitarlo si no se realizaba el pago.
La historia cambió el 21 de agosto a las 3:30 de la tarde, cuando una llamada anónima al número de emergencias 089 alertó sobre gritos de auxilio en la casa de seguridad de la colonia Colinas del Norte.
Agentes de la Policía Estatal de Investigación y de la Policía del Estado montaron un operativo. Al llegar, localizaron a la víctima dentro del domicilio y detuvieron a tres personas vinculadas con el secuestro.
Minutos después, la familia recibió un último mensaje intimidante con la frase: “Error. Tu hermano es el que pagará todo, cul**a”. Sin embargo, para ese momento J.J.A.S. ya había sido rescatado con vida, aunque con las lesiones permanentes infligidas por sus captores.
En la audiencia inicial, el Ministerio Público presentó las pruebas recabadas, entre ellas testimonios de la víctima y de sus familiares, además de los agentes que participaron en el rescate. Los tres imputados escucharon la acusación por secuestro agravado y permanecerán bajo investigación mientras se desarrolla el proceso penal.
Este caso refleja la gravedad del fenómeno del secuestro en la frontera, donde los grupos criminales recurren a tácticas de extrema violencia y mutilación para presionar los pagos, pero también la importancia de la denuncia ciudadana y la actuación rápida de las corporaciones de seguridad para salvar vidas.