H. Cd de Chiahuahua.- El uso de drones suicidas por parte de las fuerzas de seguridad haitianas ha causado cientos de muertes y heridos graves este año, principalmente entre miembros de bandas armadas que controlan vastas zonas de Puerto Príncipe. Por ello organizaciones de derechos humanos advierten que esta estrategia, aunque agresiva, no ha logrado frenar la violencia que azota al país.
De acuerdo con la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití, al menos 814 personas murieron y otras 449 resultaron heridas durante operativos de las fuerzas de seguridad entre abril y junio de 2025. De ese total, el 36% de las víctimas fueron causadas por drones explosivos.
Por su parte, la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH) estima que en los últimos cinco meses al menos 300 pandilleros, en su mayoría subalternos, han sido abatidos por drones, mientras que más de 400 resultaron heridos, algunos de gravedad.
En marzo pasado, el primer ministro Alix Didier Fils-Aimé anunció la creación de un grupo de trabajo entre la Presidencia y el Consejo Presidencial de Transición (CPT) para ejecutar operaciones de gran escala contra las bandas. Una de las medidas más destacadas fue la incorporación de drones kamikazes, cuya primera operación se llevó a cabo en Delmas 6, bastión del líder pandillero Jimmy Cherizier, alias Barbecue. Aunque Cherizier logró escapar, varios de sus hombres murieron en el ataque.
No obstante, organizaciones como la RNDDH han puesto en duda la eficacia de esta estrategia y señalan que los ataques no han logrado neutralizar a los líderes de las bandas, quienes parecen estar informados antes de cada intervención.
Otro aspecto preocupante es el riesgo de daños colaterales. El pasado 19 de agosto, dos agentes de unidades especiales SWAT murieron en Kenscoff tras un accidente con un dron, que explotó cuando era manipulado por vecinos que, presuntamente, intentaban entregarlo a las autoridades.
