
Torreón, Coahuila.– Entre dolor, indignación y exigencias de justicia, familiares, amigos y vecinos despidieron este viernes a Carlos Gurrola, conocido cariñosamente como “Papayita”, quien falleció tras permanecer 19 días hospitalizado a consecuencia de una presunta broma cruel de sus compañeros de trabajo.
El hombre de 47 años fue ingresado en la clínica 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) luego de que ingiriera, sin saberlo, una bebida adulterada con una sustancia tóxica que alguien habría colocado en su botella de electrolitos. Las lesiones internas fueron devastadoras: médicos reportaron quemaduras en riñones, pulmones y otros órganos vitales, lo que finalmente ocasionó su muerte pese a los esfuerzos médicos casi tres semanas.
Durante el funeral, su madre, María del Pilar, exigió entre lágrimas que el caso no quede impune.
“Yo le pido que, por favor, me hagan justicia a mi hijo, porque no se vale. Ahorita fue mi hijo, al rato va a ser otro y otro. Quiero ayuda, ayúdenme, porque no quiero que su muerte quede en el olvido”, expresó con la voz entrecortada.
La madre también denunció que Carlos era víctima constante de acoso y humillaciones en su centro de trabajo:
“Le robaban el lonche, el celular, le ponchaban la bicicleta… Venía en la madrugada con hambre y con la bici dañada. No se vale lo que le hicieron”, relató.
La Fiscalía General del Estado de Coahuila abrió una carpeta de investigación desde que se reportó el envenenamiento, pero con el fallecimiento de Gurrola, los familiares reiteraron la exigencia de que el caso avance y se castigue a los responsables.
Hasta ahora, las autoridades no han informado de personas detenidas ni han confirmado la sustancia utilizada en la bebida. Sin embargo, allegados a la víctima señalan directamente a un grupo de compañeros de trabajo como presuntos responsables de lo que comenzó como “una broma” y terminó en tragedia.
La muerte de “Papayita” ha causado conmoción en Torreón, donde vecinos lo recuerdan como un hombre trabajador, noble y sencillo. En redes sociales, usuarios han manifestado su indignación y han exigido el endurecimiento de las sanciones contra casos de bullying laboral y violencia en los centros de trabajo.
Organizaciones civiles en la región también han pedido que este caso sirva como un precedente para visibilizar el acoso laboral y la indiferencia que, en muchas ocasiones, enfrentan trabajadores en situaciones de vulnerabilidad.