BARCELONA — El Barcelona, tres días después de sentenciar al Villarreal en siete minutos, aplastó al Athletic en diez. No le hizo falta más para sentenciar otro partido en una primera mitad más que notable y una segunda, otra vez, prescindible en la que, a diferencia del último partido, siguió destacando la noche fenomenal de Dembélé.
Goleó el equipo azulgrana como quiso atado al novedoso cambio de dibujo decidido por Xavi, reforzando el centro del campo con un doble pivote en el que Busquets acompañó a De Jong en una imagen no vista bajo el mando del entrenador que, sorprendiendo al Athletic, disfrutó de una primera mitad tan cómoda como en ocasiones brillante.
Resistió el grupo de Ernesto Valverde, extrañamente ignorado por la hinchada del Camp Nou, durante apenas doce minutos. Cuando Dembélé puso la directa y se fue con su aventura habitual en diagonal se saboreó el primer gol. Se sacó un disparo lejano estupendo que rechazó Unai para que lo recogiera en la banda Lewandowski, cuyo centro medido lo volvió a rematar el francés, a gol, para abrir la lata… Y su exhibición.
Asistió a Sergi Roberto en el 2-0 y al polaco en el 3-0 que al llegarse a los 22 minutos indicaba que el partido estaba sentenciado, impotente el Athletic y divertido el Camp Nou ante aquella demostración anárquica de un Dembélé tantas veces criticado y esta vez ovacionado.
A su lado poco duró Gavi, lesionado tras una entrada durísima al muslo de Dani García, pero sobresalieron de forma especial los dos laterales. Sergi Roberto mostró inteligencia por la derecha y Balde, por la izquierda, completó una noche sensacional. Arriba y abajo corró el joven canterano aburriendo a Nico Williams a la vez que era un puñal en ataque mientras distribuía Busquets y se perfilaba como tanto le gusta De Jong. (Fuente, ESPN)