
En una de las zonas más tranquilas y de mayor tradición en Chihuahua capital, la colonia Lomas del Santuario, se levanta una construcción que ha marcado a varias generaciones de chihuahuenses.
Se trata de la conocida Casa Embrujada de Lomas, una vivienda ubicada cerca del cruce de las calles Presa La Boquilla y Presa Las Vírgenes, cuya historia mezcla tragedia, abandono y leyenda.
Desde hace más de cuatro décadas, este inmueble se ha convertido en el epicentro de relatos paranormales, recorridos turísticos y controversias vecinales, sin que hasta hoy se logre distinguir del todo qué es verdad y qué es mito.
Según versiones de antiguos vecinos, la casa perteneció a una familia de buena posición económica, que habitaba una amplia residencia de varios pisos, sótano y alberca, símbolo de prosperidad en la zona. Sin embargo, a mediados de los años ochenta, la historia dio un giro trágico cuando un incendio destruyó gran parte de la vivienda.
De acuerdo con el relato más difundido, una niña habría muerto atrapada entre las llamas, sin que los padres pudieran rescatarla.
A partir de ese momento, la casa quedó marcada por el dolor y, poco tiempo después, fue abandonada. Se dice que los propietarios dejaron incluso muebles, ropa y un vehículo en el interior, alimentando las especulaciones sobre una huida repentina o un destino trágico.
Con el paso de los años, el inmueble se deterioró y fue tomado por el rumor popular como “la casa embrujada”. Los curiosos que se atrevían a entrar afirmaban escuchar llantos, pasos o murmullos provenientes del sótano, donde supuestamente murió la niña.
También aparecieron pintas con símbolos extraños, restos de velas y objetos utilizados en rituales, lo que dio pie a nuevas versiones sobre prácticas satánicas o espiritistas realizadas en el lugar. La historia se volvió parte de la cultura urbana de Chihuahua, un punto obligado para quienes buscan emociones fuertes en fechas como Halloween o Día de Muertos.
El atractivo de la leyenda llevó incluso a que empresas de turismo organizaran recorridos nocturnos en 2019, bajo el nombre de “Chihuahua Bárbaro”, donde la casa era el principal escenario. La convocatoria atrajo a cientos de personas, pero también generó molestia entre los vecinos, quienes denunciaron desmanes, ruido y tráfico.
Desde entonces, las autoridades municipales han clausurado el sitio en repetidas ocasiones por razones de seguridad y por no contar con permisos para realizar eventos. A pesar de ello, cada año la casa vuelve a ser visitada por jóvenes y curiosos que quieren tomarse una fotografía frente a su fachada o comprobar por sí mismos si los fantasmas realmente existen.
Más allá del mito, lo cierto es que no existen registros oficiales que confirmen los detalles de la tragedia. No hay documentos públicos sobre la identidad de la familia, la fecha exacta del incendio o la supuesta muerte de la menor. Tampoco hay evidencia de suicidios, como se ha contado durante años. Todo lo que rodea a la casa de Lomas del Santuario permanece envuelto en versiones orales, transmitidas de generación en generación.
Aun así, el abandono del inmueble, sus muros ennegrecidos por el fuego y el silencio que lo rodea bastan para mantener viva una de las leyendas más famosas de la capital chihuahuense: la de una casa donde el pasado, el miedo y la imaginación se confunden en una sola historia.