El primer ministro de Francia, Sebastien Lecornu, comparecerá este martes ante una Asamblea Nacional profundamente dividida para pronunciar un discurso sobre las prioridades de su gobierno, tras una semana marcada por el caos político y la incertidumbre en el país. La intervención es crucial para la supervivencia del gabinete y la aprobación del presupuesto 2026.
La comparecencia se produce un día después de que el presidente Emmanuel Macron responsabilizara a la oposición de haber llevado a Francia a un escenario de “caos”. Macron, quien atraviesa la crisis institucional más grave de sus dos mandatos, reeligió a Lecornu el pasado 9 de octubre. Lecornu ha pedido a su gabinete “la máxima contención y humildad” para superar el bloqueo parlamentario, instando a dejar el ego de lado y priorizar el interés común.
La alianza oficialista perdió la mayoría parlamentaria en 2024, dejando a la Asamblea conformada por tres grandes bloques irreconciliables: la izquierda radical, el bloque centrista y la ultraderecha. Este contexto ha alimentado la posibilidad de una moción de censura impulsada por La Francia Insumisa y el ultraderechista Reagrupamiento Nacional. El principal desafío inmediato de Lecornu es avanzar en el trámite del proyecto de presupuesto para 2026 y comprometerse a reducir el déficit público por debajo del 5% del PIB.
Las tensiones se agudizan por el peso de la deuda pública, la presión de los mercados y la baja popularidad de Macron. La oposición frontal a la reforma previsional de 2023, que elevó la edad de jubilación de 62 a 64 años, sigue siendo una de las principales condiciones del Partido Socialista para dar apoyo al gabinete. El periódico Le Monde advirtió que el jefe de Estado se arriesga a transformar esta crisis política en un “estancamiento institucional duradero”.