Cientos de personas están siendo evacuadas por aire desde comunidades del oeste de Alaska, tras el paso devastador del tifón Halong, que azotó la región entre el 9 y el 13 de octubre con vientos superiores a los 160 kilómetros por hora y marejadas que inundaron zonas costeras con hasta dos metros de agua.
De acuerdo con autoridades estatales, casi 50 comunidades —en su mayoría poblaciones tribales y de difícil acceso— resultaron severamente afectadas por las tormentas. Los daños a la infraestructura, el colapso de caminos y la pérdida de viviendas obligaron a realizar una de las operaciones aéreas de evacuación más grandes en la historia del estado.
Al menos 600 personas fueron trasladadas a Anchorage, luego de que los refugios locales quedaran rebasados ante la magnitud del desastre. El gobernador Mike Dunleavy declaró el estado de desastre y solicitó al Gobierno del presidente Donald Trump asistencia federal para atender la emergencia y acelerar la entrega de suministros, alimentos y atención médica.
Legisladores federales de Alaska advirtieron que los daños podrían superar los provocados por el tifón Merbok en 2022, que devastó más de 35 comunidades costeras y dejó pérdidas millonarias.
Las autoridades continúan evaluando los daños mientras equipos de emergencia y la Guardia Nacional trabajan en el rescate de personas aisladas, el restablecimiento de comunicaciones y la entrega de ayuda humanitaria.
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