El municipio de Maravatío, Michoacán, ha sido señalado como el epicentro de la crueldad animal en la entidad, donde se han documentado al menos cuatro episodios recientes de extrema violencia contra perros, incluyendo casos de tortura y abuso sexual.
El más reciente, ocurrido el 23 de octubre, involucra una agresión sexual a una perrita que permanece en estado delicado. Estos casos se suman a la denuncia de dos perros abusados sexualmente, uno arrastrado por una camioneta el 13 de octubre y una perrita torturada y ahorcada de un árbol el 16 del mismo mes.
A pesar de la brutalidad de las pruebas, el Ministerio Público clasificó los hechos únicamente como “maltrato”, lo que ha generado indignación entre colectivos y juristas, quienes señalan que los actos cumplen con la definición de “crueldad” en el Código Penal de Michoacán.
Maribel Arreola Gallardo, jurista e integrante del Comité Estatal Animalista de Michoacán (CEAM), recordó que en uno de los casos de violación la jueza Aleida Soberanis Núñez negó una orden de cateo, minimizando la gravedad de los hechos. Por ello, la abogada lanzó un llamado al titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Carlos Torres Piña, para que se revise la reclasificación de los delitos y se capacite a los Ministerios Públicos.
El abogado Carlos Daniel Maya Cordero, también integrante del CEAM, urgió al Congreso de Michoacán a modificar el Código Penal para elevar a delito grave el maltrato y la crueldad animal, con el fin de impedir que los responsables recuperen la libertad.
