Uruapan Mich.- El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, fue recibido entre reclamos y abucheos durante el velorio del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, asesinado la noche del sábado en pleno Festival de las Velas. La presencia del mandatario estatal desató una ola de indignación entre los asistentes, quienes exigieron justicia y cuestionaron la falta de resultados en materia de seguridad. Al salir de la funeraria, decenas de ciudadanos lo increparon con gritos de “¡Fuera!” y “¡Justicia para Carlos!”, en medio de un ambiente de tensión y enojo.
Carlos Manzo, quien encabezaba el gobierno municipal desde el movimiento independiente La Sombreriza Michoacana, fue atacado a tiros durante un evento cultural que congregaba a cientos de familias en el centro histórico de Uruapan. Su asesinato ha provocado conmoción en la entidad y ha reavivado el debate sobre la efectividad de las estrategias de seguridad implementadas por el gobierno estatal, en una región marcada por la violencia del crimen organizado.
En los meses previos a su muerte, Manzo había denunciado amenazas en su contra y solicitado apoyo a las autoridades federales y estatales para mantener la presencia de la Guardia Nacional en el municipio. En un comunicado publicado el pasado 8 de octubre, pidió directamente a la presidenta Claudia Sheinbaum y al secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, no retirar el respaldo federal. “Tengo mucho miedo, no quiero ser un alcalde más de los ejecutados”, escribió entonces. Sus palabras hoy resuenan como un presagio trágico de la violencia que continúa golpeando a Michoacán.


