Lo que huele es el consumismo que estamos enfrentando en estos tiempos. ¿De qué nos sirve tener veinte termos de distintos colores y tamaños si, cuando consumes café, no los llevas y al final usas vasos desechables? Ese quizá sea el ejemplo más frecuente en una sociedad donde se compite por tener más y más y más.
Lo que apesta es ser esclavos del consumismo, dispuestos a gastar dinero por cinco minutos de fama (porque después de ese tiempo pasa la moda y debes comprar otra cosa), persiguiendo quizá las vidas que los influencers presumen, donde te invitan a gastar y gastar y gastar.
Lo que brilla son las fechas de ofertas, donde la gente piensa que nunca volverán a encontrar una oportunidad como esa y compran por comprar, gastando de una sola exhibición lo que en un año se trabajó con tanto esfuerzo.
Así que, por favor, en este Buen Fin, cuida tu dinero.



