
H. Cd. de Chihuahua.- En plena escalada de tensiones con Estados Unidos por el despliegue militar norteamericano en el Caribe, Nicolás Maduro dirigió este martes un acto de oración por la paz en el Palacio de Miraflores, donde proclamó a Jesucristo como “señor y dueño” de Venezuela.
El evento, transmitido por VTV, reunió a pastores evangélicos, a la primera dama Cilia Flores y a Nicolás Maduro Guerra, quien funge como vicepresidente de Asuntos Religiosos del PSUV. Durante la ceremonia, el mandatario aseguró que la sede presidencial se convertía en “un altar para glorificar a Dios”.
Maduro leyó un manifiesto en el que ratificó públicamente su adhesión al cristianismo y defendió el diálogo con Washington, pese a que Caracas considera el movimiento militar estadounidense como una “amenaza” directa.
La tensión bilateral creció tras la movilización de aeronaves y barcos estadounidenses, incluido un portaaviones, en operaciones que EE.UU. justifica como acciones antidrogas. Maduro advirtió que cualquier ataque contra Venezuela sería “el fin político” del presidente Donald Trump, aunque reiteró estar dispuesto a un diálogo “cara a cara”.
El clima se vuelve más complejo tras el anuncio de Estados Unidos de designar al Cartel de los Soles —grupo señalado por vínculos con el chavismo— como organización terrorista extranjera a partir del 24 de noviembre.


