
H. Cd. de Chihuahua.- La Generación Z en la frontera norte de México enfrenta un escenario crítico: mientras la economía se desacelera y la maquila modera su crecimiento, casi medio millón de jóvenes de 15 a 24 años dejaron de trabajar entre abril y junio de 2025, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Al mismo tiempo, Chihuahua registra la tasa de suicidios juveniles más alta del país, con 16.4 por cada 100 mil habitantes, casi el triple del promedio nacional. Especialistas advierten que la precariedad laboral, los contratos eventuales, la informalidad y el estrés financiero constante conforman un entorno de alta vulnerabilidad para los jóvenes, quienes son los primeros en perder su empleo ante cualquier desaceleración económica.
El fenómeno se agrava por la combinación de violencia, movilidad constante y escaso acceso a servicios de salud mental, lo que ha llevado al Senado y al Partido del Trabajo a solicitar intervenciones tempranas, programas integrales en escuelas y reforzamiento de los Cecosama (Centros Comunitarios de Salud Mental y Adicciones). Expertos alertan que sin políticas públicas específicas que incluyan educación técnica accesible, seguridad social juvenil y espacios seguros, la frontera norte podría perder a toda una generación antes de que alcance la adultez, enfrentando no solo desempleo, sino también una creciente crisis emocional y social.


