un paso firme para ordenar la casa
La apertura de 206 expedientes por parte del Órgano Interno de Control no debe verse solo como un problema, sino como la oportunidad de corregir rezagos y omisiones que durante años afectaron a la ciudadanía. Que la Contraloría acelere revisiones y señale fallas en áreas clave; Servicios Públicos, Obras, Vialidad y Desarrollo Urbano, demuestra una voluntad clara de mejorar lo que no estaba funcionando.
Porque lo peor que puede pasarle a un municipio no es tener desaciertos, sino cerrar los ojos ante ellos. Aquí, por el contrario, se reconoce que lo que ya le ocurrió a un ciudadano no debe volver a sucederle a otro, y ese es el sentido correcto de la supervisión.
Si este rumbo se sostiene, los 206 expedientes no serán motivo de escándalo, sino el punto de partida para una gestión más ordenada, responsable y cercana a la gente.
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¿Neta? ¿Me lo juras? Por fin una buena noticia en el transporte
En medio de tantas discusiones, rumores y presiones políticas, hoy sí llegó una de esas noticias que uno lee dos veces para creerla. El secretario general de Gobierno, Santiago De la Peña Grajeda, confirmó que no habrá aumento en la tarifa del transporte público el próximo año. Sí, así como se escucha, no habrá aumento. ¿Neta? ¿Me lo juras? Pues sí.
Y lo más interesante es que, lejos de alimentar especulaciones, el funcionario estatal reconoció que muchos de los rumores que han circulado tienen más carga política que fundamento real. En otras palabras, alguien quería hacer ruido donde no había música.
De la Peña fue claro, no hay aumento por lo pronto; estamos analizando cómo está funcionando el sistema. Y esa frase, aunque sencilla, es relevante. Habla de revisar primero, corregir después y decidir con datos, no con ocurrencias ni presiones.
Por fin una decisión que no se toma con la mano en la cartera de los ciudadanos, sino con la mirada puesta en cómo funciona realmente el servicio. No es un anuncio menor. En un estado donde cada incremento golpea directamente a miles de familias, saber que la tarifa se mantiene sin cambios es un respiro y, sobre todo, un mensaje, también hay momentos en los que el gobierno puede dar buenas noticias.
Ojalá que esta postura no solo se mantenga, sino que abra la puerta a evaluar lo que de verdad importa, calidad, rutas, frecuencias, unidades dignas, seguridad a los choferes y un sistema que atienda a quienes lo usan todos los días.
Por hoy, toca decirlo como la gente lo diría en la calle,
¡Por fin una buena! Y sí… neta, es real.
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Llegar, escoger y comprar… total, el dinero no es suyo
El Poder Judicial del Estado de Chihuahua decidió cerrar el año con estilo, 21 vehículos nuevos, modelos 2025 o 2026, todos recién salidos de agencia, porque claro, sería imperdonable que un juzgador o funcionario se subiera a una unidad que hubiera tenido un volante usado, un asiento ligeramente recorrido o un kilometraje que no empezara en cero.
La llamada “Alta Sala” inició el proceso para renovar su flotilla; tres camionetas de lujo, varias pick ups y casi una decena de sedanes. Todo nuevecito. La compra se pagaría incluso antes de que termine el año, como quien aprovecha que el aguinaldo público ya está asegurado.
Y aquí viene el punto de quiebre, lo peor no es que renueven vehículos, toda institución puede necesitarlos, sino la naturalidad con la que se asume que todo debe ser nuevo, impecable, sin una sola marca del uso. Como si lo más importante fuera el estatus interno antes que la eficiencia del gasto público.
Porque sí! no pueden usar vehículos que hayan sido usados antes, no vaya a ser que un motor con un par de años encima ponga en riesgo la dignidad del cargo. Mientras tanto, miles de trabajadores los mismos que pagan impuestos, siguen manejando unidades viejas, gastadas y parchadas para ir a trabajar todos los días.
Pero tranquilos, juzgadores,
Los asalariados prometemos trabajar más, pagar más ISR, IVA y todo lo que haga falta para que el próximo año también puedan estrenar más vehículos. Si alguien se lo merece, claro, es el Poder Judicial, siempre tan atento a su propia comodidad.
Esta compra, presentada como una renovación para “fortalecer tareas”, termina recordándonos algo que duele, en Chihuahua, las prioridades siguen caminando en sentido contrario a la realidad de la gente.
Y mientras muchos ciudadanos hacen malabares para mantener sus propios carros funcionando, el Poder Judicial hace lo suyo, llegar, escoger y comprar… total, las llaves no se pagan con su cartera.
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El auditor repite
Héctor Acosta tomo sal de uvas y repite.
Y claro, uno no sabe si aplaudir, si tomar aire… o si ofrecerle una caja de pepto bismol , porque con tantos pendientes que vienen, lo que se avecina no es precisamente fácil de digerir.
El Congreso reeligió a Héctor Alberto Acosta Félix como Auditor Superior del Estado con el argumento de que su experiencia ha fortalecido procesos internos y mejorado la transparencia. Todo bien. Todo correcto. Pero hay un detalle, si ya repite cargo, también debería empezar a repetir nombres. Nombres de funcionarios que, sin pudor, le pegaron a las arcas públicas y cuyo destino, tarde o temprano, no debería ser otro más que un buen rato en el bote.
Acosta agradeció la confianza y anunció que el próximo año se reforzarán auditorías en municipios con observaciones pendientes. Excelente. Pero el discurso ya lo conocemos, más supervisión, más análisis, más revisiones. Lo que hace falta ahora es algo más simple… y más contundente, resultados con consecuencias reales.
Porque la ciudadanía ya no quiere escuchar que “se encontraron irregularidades”. Quiere escuchar que quien metió mano pagará por ello. Y si al auditor le toca enfrentar una avalancha de expedientes, pues que se prepare el estómago, este estado ya no aguanta indigestionados que solo anuncian y no ejecutan.
Los diputados que votaron a favor hablan de confianza. Los que pidieron mayor vigilancia en obras y fideicomisos tienen razón, el trabajo que viene no perdona complacencias.
Si Héctor Acosta repite, que repita completo, cargo, discurso… y sobre todo, la lista de quienes deben responder por haber saqueado lo público.
La reelección del auditor no debe ser un trámite político, sino el inicio del capítulo donde por fin se diga, sin rodeos, quiénes romperán piñatas en el Cereso por andar agarrando dinero que no era suyo.
