Un hombre identificado como Jason Kenney, de 47 años y residente de Florida, Estados Unidos, asesinó a su esposa, hirió de gravedad a su hijastra de 13 años y posteriormente se suicidó, luego de una violenta discusión originada por el control de la televisión durante la transmisión del Monday Night Football, donde jugaban los 49ers contra los Colts.
De acuerdo con el sheriff Grady Judd, del condado de Polk, Kenney —aficionado de los 49ers— había estado bebiendo mientras veía el partido cuando su esposa, Crystal Kenney, de 38 años, le pidió cambiar el canal. La petición derivó en una fuerte discusión que escaló rápidamente.
Durante el altercado, Crystal instruyó a su hijo de 12 años a correr a casa de los vecinos para pedir ayuda al 911. Mientras el menor huía, escuchó un disparo. Al llegar al domicilio, los agentes encontraron los cuerpos de Crystal y de la hija de Jason, una adolescente de 13 años, quienes habían recibido múltiples impactos de bala. Una bebé de un año fue localizada ilesa, dormida en su cuna.
La menor de 13 años recibió dos disparos: uno en el hombro y otro en el puente de la nariz, que salió por la parte superior de la cabeza. Pese a la gravedad, sobrevivió. “Es un milagro navideño que esté con vida; él tenía la intención de matarla”, declaró el sheriff Judd. La adolescente relató a las autoridades: “Le rogué que no me disparara, y aun así lo hizo”. Permanece en estado crítico pero estable.
Tras el ataque, Kenney huyó a la vivienda de su padre, donde se encerró en un cobertizo. Desde ahí llamó a su hermana para confesar el crimen: “Hice algo muy, muy malo… no volverás a hablar conmigo. Me verás en las noticias, pero no voy a ir a prisión”, relató el sheriff. Minutos después, se suicidó.
Los investigadores hallaron en la casa una nota escrita por Crystal dirigida a Jason, en la que le reclamaba sus adicciones: “Estás bebiendo y usando cocaína otra vez. Esta no es la forma en que debe ser la familia. Necesitas a Dios”.
Los dos menores sobrevivientes —el niño de 12 años y la bebé de un año— quedaron bajo el cuidado de los padres de Crystal. En tanto, se espera la recuperación de la adolescente de 13 años para que pueda reunirse con sus hermanos.
