Una mujer y su hijo se presentaron en la Catedral metropolitana para arrojar tinta roja en señal de protesta, mientras participaban en la marcha para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.
Mientras la mujer alentaba al menor de edad de unos 10 años, se acercaba hacia los asistentes asegurándoles que Dios no existía.
Los feligreses de catedral en principio intentaban elevar oraciones para que el recinto no fuera vandalizado.
La mujer que indicó que vandalizaba la iglesia “por que quería” y ante estos dichos, un hombre le arrojaba agua bendita.
Minutos después se acercaron otras personas a dialogar señalándole a la mujer que debía de respetar los espacios y le invitaron a retirarse por lo que accedió tras lanzar algunos insultos.